Personal científico del instituto de Geociencias Barcelona del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (GEO3BCN – CSIC) coordina el Centro de Excelencia para la Exaescala en Tierra Sólida (ChEESE), la segunda fase de un proyecto enfocado en crear tecnologías predictivas para riesgos naturales. Este Centro de Excelencia, es decir, un grupo de expertos y expertas formados por diferentes instituciones y empresas con el objetivo de mejorar la investigación, está cofinanciado con más de siete millones de euros por la Comisión Europea y por los fondos nacionales de los diez países europeos a los que pertenecen los socios académicos e industriales que participan.
En este caso, el Centro de Excelencia ChEESE promueve la colaboración entre especialistas en supercomputación y Geociencias de distintas universidades, empresas e instituciones europeas. Así, esta cooperación no se basa en la edificación de un Centro físico, sino en la creación de una unidad de investigación que ponga en común las instalaciones y recursos de las entidades que participan, con el objetivo de crear una cultura de excelencia científica e industrial a nivel europeo.
ChEESE abordará los múltiples desafíos que presentan las catástrofes naturales en la Tierra Sólida, la parte del planeta sobre la que caminamos, con la ayuda de una supercomputación conocida como a exascala o de altas prestaciones. La computación a exaescala es el último hito en supercomputación, con ordenadores capaces de realizar miles de millones de cálculos por segundo y resolver problemas increíblemente complejos. Con ellos, se pueden obtener en cuestión de horas mapas de movimiento sísmico. El trabajo en supercomputación de ChEESE, además, se utilizará en la prevención de riesgos naturales, ya que los resultados de sus investigaciones serán utilizados en otros proyectos europeos para anticipar eventos naturales.
El Centro utilizará esta supercomputación a exascala para predecir escenarios de catástrofes de forma precisa. Para conseguirlo, desarrollará en materias de sismología computacional, magnetohidrodinámica, vulcanología física, tsunamis, y técnicas de predicción para el seguimiento de terremotos y volcanes. Estos códigos se pondrán a disposición de personal científico de toda Europa para poder ser desplegados en ocho superordenadores europeos y hacer accesible las aplicaciones prácticas del proyecto.
ChEESE, además, desarrollará aplicaciones de simulación y ofrecerá formación sobre los temas estudiados. Como afirma Arnau Folch, profesor Investigador del CSIC y coordinador del proyecto: «ChEESE impulsará la competitividad de la ciencia europea que investiga la Tierra Sólida. Nuestros resultados permitirán seguir prestando servicios de computación urgente, alerta temprana, evaluación de peligros geofísicos y análisis de datos de interés para la protección civil europea».
El proyecto está principalmente dirigido a las instituciones europeas responsables de redes de seguimiento operativo, pero también a desarrolladores de hardware, industria, instituciones públicas o centros de supercomputación.
Segunda parte de un proyecto exitoso
ChEESE comienza una nueva etapa tras una fructífera primera fase en materia de investigación donde fue coordinado por el Barcelona Supercomputing Center (BSC), de 2018 a 2022. Ahora, el CSIC toma el relevo para lograr que ChEESE siga posicionándose como un centro de referencia dentro del sector de la supercomputación y las Geociencias.
En la primera fase del proyecto, los resultados de ChEESE en materia de supercomputación tuvieron una aplicación práctica directa. Sus resultados computacionales sirvieron para que las autoridades locales tomaran decisiones durante la erupción de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma (Canarias). Las previsiones de ChEESE ayudaron a gestionar el cierre de los aeropuertos locales o la adopción de medidas de confinamiento de la población basadas en la calidad del aire.
“La implementación de ChEESE en un entorno operativo real demostró que nuestro trabajo puede tener un impacto directo en las vidas de los afectados por los desastres naturales”, explica Folch. El impacto del proyecto, así como su metodología y sus flujos de trabajo, han servido para potenciar la investigación de las geociencias desde la supercomputación. También han permitido crear otros proyectos europeos como DT-GEO, que trabaja para construir un gemelo digital de estos fenómenos en el ámbito de la misión europea Destination Earth.
- Autoría: Varvara Vedia
- Más información en la web oficial de ChEESE