La Isla de Pascua: una visión científica es el título del nuevo libro de divulgación escrito por el investigador del ICTJA-CSIC, Valentí Rull. El libro, editado por la editorial CSIC-LA Catarata, aborda algunos de los enigmas que rodean la historia de esta isla y de su civilización ancestral.
¿De dónde procedían los primeros colonizadores de la Isla? ¿Fue la civilización que construyó los Moai la única responsable de la deforestación de la Isla que condujo a su propio colapso y desaparición? Son solo dos ejemplos de las preguntas a las que el científico del ICTJA-CSIC intenta dar respuesta.
Rull se ha propuesto con este libro separar los puntos de vista elaborados a partir de las evidencias empíricas fruto de las últimas investigaciones de aquellos que todavía se basan en historias míticas, incluyendo las creencias pseudocientíficas. La obra pone en entredicho, como lo hacen algunos de sus artículos científicos, las teorías hasta ahora dominantes sobre la historia humana y ecológica de la isla que han marcado la visión que el público actual tiene de ese pequeño y remoto punto del Océano Pacífico. Entrevistamos a Valentí Rull para hablar sobre su nuevo libro y conocer algunos de los retos que la Ciencia tiene que afrontar cuando se aborda la recosntrucción de la historia de la Isla de Pascua.
¿Cómo surge la idea de escribir un libro de divulgación sobre la Isla de Pascua?
Personalmente, tengo mucho interés en la divulgación de la ciencia y el caso de la Isla de Pascua es muy apropiado. Casi todo el mundo sabe de la existencia de los moais, unas esculturas construidas por una civilización que, según la leyenda, habría desaparecido como consecuencia de un colapso ecológico causado por ellos mismos al deforestar totalmente la isla.
De entre los lugares donde haya trabajado de forma habitual, Pascua me pareció el más adecuado para transmitirle al gran público mi mirada sobre la investigación científica y dar visibilidad a la paleoecología, la disciplina a la que me dedico como científico.
¿Cuál es el objetivo principal del libro?
La gran mayoría de libros de populares sobre la Isla de Pascua se basan en mitos e historias fantásticas, con poco rigor científico. Todavía hay bastantes cosas sobre la historia de la isla y su cultura que no sabemos y se prestan a especulaciones de todo tipo, incluyendo referencias a extraterrestres y cosas parecidas.
En este libro he querido presentar, de una manera divulgativa, lo que sabemos hasta ahora que esté basado en evidencias científicamente válidas. A lo largo del libro, también aprovecho para mostrar cómo funciona la investigación científica en este tipo de problemas que involucran el transcurso del tiempo y en los que hay que encontrar pistas del pasado en los registros sedimentarios. Es decir, la paleoecología, una disciplina que no es tan popular como, por ejemplo, la arqueología.
En el libro se muestran también parte de los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por un equipo de científicos entre los que estás tú, ¿de donde surgió el interés por tu parte de participar en la investigación sobre la Isla de Pascua?
Todo empezó cuando Santiago Giralt, del ICTJA-CSIC, y Alberto Sáez, de la Facultad de Geología de la UB, me comentaron que tenían un proyecto en la Isla de Pascua para reconstruir los cambios climáticos del pasado. Necesitaban la colaboración de un palinólogo para reconstruir los cambios ecológicos, principalmente en cuanto a la vegetación y el paisaje. Me apunté, atraído sobre todo por lo poco que sabía y el carácter enigmático que rodea a todo lo que se trata de Pascua.
Al realizar las primeras pesquisas bibliográficas, me di cuenta de la cantidad de cosas que, aunque nos pueda parecer lo contrario, no se saben sobre la historia de la isla y la civilización de los moais.
Me di cuenta de que era necesario abordar el caso de Pascua desde una visión más holística, con la participación de todas las disciplinas posibles, como la arqueología, la antropología, la paleoclimatología, la paleoecología, la historia escrita, etc. y a partir de ahí mirar el pasado de la Isla bajo la luz de nuevas evidencias.
¿Qué nueva perspectiva aporta el libro a lo que ya se sabe sobre la isla de Pascua?
El libro resume, de una manera divulgativa, lo que ya hemos publicado como equipo en varios artículos científicos desde hace casi una década.
Hemos podido comprobar que la deforestación de la isla no fue abrupta y simultánea, como siempre se había pensado. Fue un proceso que se produjo de forma gradual y en diferentes intervalos de tiempo, según el lugar de la isla que se considere.
Nuestras investigaciones han demostrado que la isla sufrió varias sequías que podrían haber tenido un papel importante en la pérdida de los bosques y también en las condiciones de vida de los antiguos habitantes de la isla. Esto cuestiona la leyenda dominante sobre el colapso socio-ecológico y su carácter eminentemente antropogénico. La historia no es tan sencilla como se pensaba.
Como humanos, tenemos tendencia a simplificar las cosas para poderlas entender más fácilmente. Pero la naturaleza no trabaja así y los procesos ecológicos son complejos y se deben entender bajo una visión multidisciplinar.
El subtítulo del libro es “una visión científica”. Teniendo en cuenta los mitos que siempre han rodeado la historia de la Isla, ¿es difícil escribir sobre Pascua desde este punto de vista?
No, es muy fácil, sólo hay que saber diferenciar bien entre aquello que está basado en las evidencias empíricas y los elementos fruto de la imaginación. También hay que saber detectar cuando alguien, aunque sea científico, intenta presentar las evidencias que tiene de una manera subjetiva para llegar a las conclusiones que más le interesa, y esto en Pascua ha pasado a menudo.
Hay que deshacerse de las teorías prefabricadas o totalmente especulativas. Es básico observar los datos con una actitud totalmente desapasionada, crítica y escéptica. Pero en Pascua, esto no ha sido siempre así. Por ejemplo, la teoría del colapso socio-ecológico siempre se ha presentado como la ortodoxia. Todo el mundo ha observado las evidencias bajo la luz de esta idea, es decir, tratando de reunir más y más pruebas para reforzarla, casi nunca para cuestionarla. Pero debemos recordar que la Ciencia no funciona así. Cada vez que obtenemos nuevas evidencias hay poner a prueba las hipótesis existentes. Se reforzarán entonces las que superen esta prueba, mientras que las que no la pasen, serán reconsideradas o abolidas. Además, las nuevas evidencias casi siempre llevan a la proposición de nuevas hipótesis, como ha sucedido en nuestro caso.
En el primer capítulo del libro mencionas los enigmas de la isla de Pascua. ¿Cuáles son?
Hay muchos, pero en el libro se habla de aquellos que se pueden abordar científicamente.
Uno es el origen de los primeros colonizadores. Aún no está claro si venían de América o de la Polinesia, ni tampoco cuando llegaron exactamente a la isla.Tampoco sabemos cómo los moais se transportaron desde las canteras hasta su ubicación definitiva.
Pero quizás el enigma más extendido, y que también se aborda en la obra, es aquel sobre el momento y la causa de la desaparición de la civilización que construía estos moais.
También existen muchos otros mitos relacionados con el modo de vida y organización de esta civilización.
¿Crees que existe la respuesta a estos enigmas?
Las respuestas a algunas de estas preguntas pueden venir del estudio de los registros paleoecológicos o arqueológicos. Pero otros, como por ejemplo el transporte de los moais o los detalles sobre la vida de la civilización ancestral de la isla, sólo pueden basarse en la tradición oral. Esto representa un problema, ya que, ahora mismo, los descendientes de esa antigua civilización son pocos y, durante los últimos siglos, han sufrido la influencia de diversas culturas oceánicas, europeas y sudamericanas, de modo que lo que nos pueden explicar probablemente ya esté bastante distorsionado.
Y no sólo por estas influencias, sino porque no hay documentos escritos y todo se transmiten oralmente de generación en generación, con la distorsión que esto también conlleva. Existen unas tablillas de madera con una especie de escritura jeroglífica que, por el momento, es indescifrable, ni siquiera se sabe de qué época datan.
El libro consta de 7 capítulos principales y un epílogo. ¿Cómo decidiste estructurar el contenido de la obra?
Normalmente, cuando escribo, tengo en la cabeza una idea general de la secuencia argumental, pero eso es todo. Empiezo a escribir y voy construyendo el relato sobre la marcha lo que puede provocar que, al final, el resultado sea muy diferente de la idea inicial.
En este caso, la estructura venía determinada por el hilo histórico preexistente. No obstante, mi intención principal era que el lector entendiera lo que quería transmitir. Por esta razón fui construyendo la historia de manera progresiva, introduciendo los conceptos a medida que eran necesarios. No quería que el lector dejara el libro cansado de ir de aquí para allá buscando explicaciones o referencias, o que, de pronto, aparecieran conceptos e ideas nuevas sin ninguna explicación. Por eso los primeros capítulos son básicamente conceptuales.
Los capítulos finales, que hablan de nuestras propias investigaciones, no los tenía nada claros y los fui construyendo a medida que escribía. También al final, pensé que tal vez sería útil hacer una síntesis al final de cada capítulo para deshacer posibles enredos y destilar qué podíamos sacar en claro de todo lo que se discute en el capítulo.
El epílogo no estaba previsto, pero lo consideré necesario porque me parece que, además de hacer investigación, debemos pensar en cómo y porqué la hacemos y en las consecuencias que ello implica.
Precisamente en el epílogo hablas de aprender las lecciones del pasado para entender el presente y construir el futuro. Desde tu punto de vista, ¿cuáles son las principales lecciones que se pueden extraer del caso de la Isla de Pascua?
Pascua se ha hecho famosa, entre otras cosas, porque la teoría del colapso socio-ecológico ha presentado a la isla como un modelo a pequeña escala de lo que puede pasar en la Tierra si la seguimos explotando de forma incontrolada. Y se ha escrito mucho sobre ello, contribuyendo al arraigo de esta teoría. Pero ahora, la últimas investigaciones, entre ellas las nuestras, ponen en cuestión esta teoría y por tanto la analogía ya no está tan clara.
Parece que los cambios ecológicos de Pascua no fueron tan traumáticos como se pensaba y que los cambios climáticos, y no sólo las actividades humanas, tuvieron su papel. El supuesto ecocidio, que es así como se le conoce, quizás no sea tan real.Esto no quiere decir que la Tierra lo aguante todo, sólo significa que Pascua no sería un buen ejemplo para ilustrar los peligros de nuestra forma de hacer. Aun así, hay otras lecciones más positivas que podemos extraer de la nueva visión de la Isla de Pascua, pero sería largo de explicar y daría para un nuevo libro.
Libro original:
Rull, V. 2016. La Isla de Pascua: Una visión científica. Editorial CSIC-La Catarata, Madrid. ISBN 978-84-00-10150-3.
Para saber más:
Cañellas-Boltà, N., V. Rull, A. Sáez, O. Margalef, S. Pla-Rabes, B. Valero-Garcés, and S. Giralt (2016), Vegetation dynamics at Raraku Lake catchment (Easter Island) during the past 34,000 years, Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 446, 55-69, doi:10.1016/j.palaeo.2016.01.019.
Rull, V. (2016), Natural and anthropogenic drivers of cultural change on Easter Island: Review and new insights, Quaternary Science Reviews, 150, 31-41, doi: http://dx.doi.org/10.1016/j.quascirev.2016.08.015.
Rull, V., N. Cañellas-Boltà, O. Margalef, S. Pla-Rabes, A. Saez, and S. Giralt (2016), Three millennia of climatic, ecological and cultural change on Easter Island: an integrative overview, Frontiers in Ecology and Evolution, 4, doi: 10.3389/fevo.2016.00029.