El ICTJA-CSIC dispone de una nueva herramienta de divulgación: una maqueta tridimensional de la estructura litosférica de la Península Ibérica y las zonas adyacentes. El modelo está formado por 3 capas desmontables que representan, con diferentes colores, la corteza, el manto litosférico y la astenosfera. Con esta nueva herramienta se puede conocer de manera visual y simple la estructura de la Península Ibérica desde la superficie hasta unos 200 km de profundidad.
La maqueta es una impresión 3-D realizada en ácido poliláctico. Tiene unas dimensiones de 30 cm x 21.5 cm x 14 cm. Los datos que se han utilizado para generar cada una de las tres capas proceden de una compilación actualizada procedentes de multitud de estudios sísmicos y modelos de gravedad, flujo y forma del geoide. Estos datos han sido seleccionados por los investigadores del ICTJA-CSIC Jordi Díaz y Montserrat Torné.
La maqueta permite observar las grandes variaciones de grosor de la corteza de la Península Ibérica y el Norte de Marruecos. En la mayor parte de la Península, el límite entre la corteza-manto superior (discontinuidad de Mohorovic) se sitúa en unos 32 km, aunque su posición puede variar entre los 10 km y los 50 km.
La corteza terrestre, representada en la maqueta por el color naranja, es menos densa y más frágil que el rígido manto litosférico sobre el cual se asienta (capa de color gris). La base del modelo, en color negro, representa la astenosfera, una capa fluida y dúctil que permite el movimiento de las placas litosféricas.
Tal y como puede apreciarse fácilmente en la maqueta, las diferencias de grosor de la corteza son mucho más exageradas que las variaciones a las que estamos acostumbrados en la topografía de superficie. Mientras que en superficie la altura máxima se aproxima a los 3500 m en el Mulhacén o el Aneto, el grosor de la corteza va de los 15 km bajo el Golfo de Valencia hasta los más de 50 km bajo las cordilleras del Pirineo o el Rif, lo que supone una variación de unos 35 km.
Las variaciones en el grosor la litosfera son mucho más acusadas aún. En el centro peninsular, el límite inferior de la litosfera se sitúa en los 130 km, pero llega a los 180 km bajo determinadas cordilleras y no supera los 50 kms bajo la Cuenca del Mar de Alborán.
El estudio de éste tipo de variaciones permite entender los grandes procesos geodinámicos que afectan a la región y también comprender cómo se formaron y desarrollaron las cadenas montañosas y las cuencas sedimentarias.
El también investigador del ICTJA-CSIC, Daniel García-Castellanos ha coordinado con Raúl Nieves del estudio ilaro la impresión en 3-D del modelo a partir de los datos aportados.