El Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera del CSIC (ICTJA-CSIC) acogió entre el 22 y el 24 de noviembre la segunda edición del ANTVOLC Workshop, unas jornadas de trabajo y reflexión sobre la investigación actual en vulcanismo antártico. En el encuentro participaron 35 expertos en volcanes de la Antártida procedentes de 7 países diferentes.
El workshop estába organizado por el Grupo de Expertos en Vulcanismo Antártico (ANTVOLC), una comunidad científica reconocida por el Scientific Committee on Antarctic Research (SCAR), el organismo internacional que se encarga de regular la actividad de investigación en el Antártida.
La investigadora del ICTJA-CSIC, Adelina Geyer, es la actual vicepresidenta del ANTVOLC y, con la colaboración del resto de investigadores del área de vulcanología del Instituto, se encargaron de coordinar estas jornadas.
El objetivo principal del encuentro era ofrecer una visión panorámica del estado actual de la investigación sobre el vulcanismo antártico. El workshop sirvió también para reflexionar sobre las líneas de investigación futuras en este ámbito de investigación.
“Hasta ahora había sido difícil estudiar el vulcanismo antártico, por la dificultad logística y económica que implicaba el trabajo de campo en la zona”, explica Adelina Geyer. “Ahora, y en parte gracias a los sistemas de monitorización remota, está creciendo el número de investigaciones sobre los volcanes de esta zona del planeta”, añade la investigadora del ICTJA-CSIC.
La vigilancia remota, el asesoramiento sobre la peligrosidad asociada y el estudio sobre la actividad volcánica del pasado en el continente antártico son tres de los ejes que posiblemente definan las futuras líneas de investigación en vulcanismo antártico.
“Cualquier erupción potente en la Antártida puede tener una repercusión en las altas latitudes del Hemisferio Sur. A pesar de ser volcanes situados en una zona remota, las cenizas expulsadas durante una erupción en la Antártida pueden afectar, por ejemplo, zonas de América del Sur”, recuerda Adelina Geyer.
“Pero más allá de los riesgos asociados, el vulcanismo antártico proporciona también a los expertos unas herramientas de gran utilidad, sobre todo en el ámbito de la tefrocronología. Las cenizas emitidas durante las erupciones, por ejemplo, ayudan a datar la información contenida en los testigos recuperados del hielo sobre diferentes fenómenos, cómo los cambios climáticos ocurridos en el pasado”, indica la investigadora del ICTJA-CSIC.

El workshop contó con la participación de uno de los principales expertos mundiales en vulcanismo Antártico, John Smellie, catedrático de la Universidad de Leicester y actual presidente del ANTVOLC. El mismo Smellie, el director de la ICTJA-CSIC, José-Luis Fernández-Turiel, y el gestor del Programa Polar de la Agencia Estatal de Investigación del MINECO, Andrés Barbosa fueron los encargados de abrir ocialmente las jornadas.
Durante las sesiones se presentaron 16 comunicaciones relacionadas con los fenómenos volcánicos en la Antártida. Entre ellas, destacaba la que ofreció Maximillian van Wyk de Vries de la Universidad de Edimburgo sobre la nueva base de datos que ha inventariado los volcanes de la zona occidental de la Antártida. Van Wyk de Vries ha contabilizado en una investigación reciente hasta 138 volcanes existentes bajo la capa de hielo de los cuales 91 eran desconocidos hasta ahora. El descubrimiento de todos estos nuevos volcanes fue posible gracias a diferentes modelos digitales del terreno elaborados a partir de la información proporcionada por los satélites.

A destacar también las comunicaciones que presentaron los grupos de investigación de las universidades de Cádiz y Granada sobre la vigilancia del volcán de la Isla Decepción, la violenta erupción del cual destruyó las bases científicas chilena, británica y argentina a finales de los años sesenta.
“El volcán de Isla Decepción es uno de los más activos del continente antártico y está situado en una zona donde hay bases científicas y se hace mucha investigación y donde además, durante el verano, se concentra mucha actividad turística, por lo tanto se básico vigilarlo. Además, las cenizas emitidas en una posible erupción de este volcán podrían propagarse hasta América del Sur o, incluso, dar la vuelta al globo a través de las latitudes más altas del Hemisferio Sur “, explica Adelina Geyer.
Geyer coordina actualmente el proyecto POSVOLDEC, un estudio interdisciplinario que tiene como objetivo caracterizar el estado actual del sistema magmático del volcán de la Isla Decepción.

El último día, los participantes en las jornadas realizaron una salida de campo al Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Allí pudieron obervar diferentes afloramientos volcánicos de la zona y tuvieron la oportunidad de visitar los volcanes de El Croscat y de Santa Margarida y las 3 coladas de lava de Sant Joan les Fonts.
El primer ANTVOLC Wokshop se celebró en 2015 en la localidad italiana de Catania. El Grupo de Expertos en Vulcanismo Antártico se constituyó precisamente en el curso de esta primera reunión.